Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte,
y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos,
que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.
Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: їNo respondes nada? їQué testifican éstos contra ti?
Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.
Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! їQué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.
їQué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte!
Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban,
diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.
Y los principales sacerdotes y todo el concilio buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte; pero no lo hallaban.
Porque muchos decían falso testimonio contra él, mas sus testimonios no concordaban.
Entonces levantándose unos, dieron falso testimonio contra él, diciendo:
Nosotros le hemos oído decir: Yo derribaré este templo hecho a mano, y en tres días edificaré otro hecho sin mano.
Pero ni aun así concordaban en el testimonio.
Entonces el sumo sacerdote, levantándose en medio, preguntó a Jesús, diciendo: їNo respondes nada? їQué testifican éstos contra ti?
Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: їEres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?
Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: їQué más necesidad tenemos de testigos?
Habéis oído la blasfemia; їqué os parece? Y todos ellos le condenaron, declarándole ser digno de muerte.
Y algunos comenzaron a escupirle, y a cubrirle el rostro y a darle de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas.
Y los hombres que custodiaban a Jesús se burlaban de él y le golpeaban;
y vendándole los ojos, le golpeaban el rostro, y le preguntaban, diciendo: Profetiza, їquién es el que te golpeó?
Y decían otras muchas cosas injuriándole.
Cuando era de día, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y le trajeron al concilio, diciendo:
їEres tú el Cristo? Dínoslo. Y les dijo: Si os lo dijere, no creeréis;
y también si os preguntare, no me responderéis, ni me soltaréis.
Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios.
Dijeron todos: їLuego eres tú el Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que lo soy.
Entonces ellos dijeron: їQué más testimonio necesitamos? porque nosotros mismos lo hemos oído de su boca.