Y acuérdate de que fuiste siervo en Egipto; por tanto, guardarás y cumplirás estos estatutos.
que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras;
¡Ay de mí, madre mía, que me engendraste hombre de contienda y hombre de discordia para toda la tierra! Nunca he dado ni tomado en préstamo, y todos me maldicen.
Y haré que se pegue tu lengua a tu paladar, y estarás mudo, y no serás a ellos varón que reprende; porque son casa rebelde.
Ellos aborrecieron al reprensor en la puerta de la ciudad, y al que hablaba lo recto abominaron.