Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios.
Que han dicho: Heredemos para nosotros Las moradas de Dios.
їPor qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? їAcaso se ha acortado mi mano para no redimir? їNo hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; convierto los ríos en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren de sed.
He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír;
oh vosotros que dilatáis el día malo, y acercáis la silla de iniquidad.