que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito.
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
El rey no se salva por la multitud del ejército, Ni escapa el valiente por la mucha fuerza.
Destrúyelos, oh Señor; confunde la lengua de ellos; Porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.