Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.
Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro.
yo pondré esta casa como Silo, y esta ciudad la pondré por maldición a todas las naciones de la tierra.
Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.