Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.
Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él;
en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.