Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,
alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.