Cada día me afrentan mis enemigos; Los que contra mí se enfurecen, se han conjurado contra mí.
Por lo cual yo como ceniza a manera de pan, Y mi bebida mezclo con lágrimas,
A causa de tu enojo y de tu ira; Pues me alzaste, y me has arrojado.
Mis días son como sombra que se va, Y me he secado como la hierba.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.