Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo:
Por tanto, no refrenaré mi boca; Hablaré en la angustia de mi espíritu, Y me quejaré con la amargura de mi alma.
Está mi alma hastiada de mi vida; Daré libre curso a mi queja, Hablaré con amargura de mi alma.
Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor, Y aun la luz de mis ojos me falta ya.