Acuérdate que como a barro me diste forma; їY en polvo me has de volver?
Y mi cuerpo se va gastando como de carcoma, Como vestido que roe la polilla.
Los cuales fueron cortados antes de tiempo, Cuyo fundamento fue como un río derramado?
Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho; De barro fui yo también formado.
Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros,
Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.