Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos.
Si he visto que pereciera alguno sin vestido, Y al menesteroso sin abrigo;
Si no me bendijeron sus lomos, Y del vellón de mis ovejas se calentaron;
Dad la sidra al desfallecido, Y el vino a los de amargado ánimo.