Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.
Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.