Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón.
Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.
Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.
Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.
Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;
y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla! abrek, probablemente una palabra egipcia semejante en sonido a la palabra hebrea que significa “arrodillarse”; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.