pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.
La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor.
Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.
Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.