Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, їqué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.
Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.