Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Como prodigio he sido a muchos, Y tú mi refugio fuerte.
Que pasó el viento por ella, y pereció, Y su lugar no la conocerá más.
No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos.
Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano.
Se extenderán sus ramas, y será su gloria como la del olivo, y perfumará como el Líbano.