Salmo de David. A ti clamaré, oh Jehová. Roca mía, no te desentiendas de mí, Para que no sea yo, dejándome tú, Semejante a los que descienden al sepulcro.
Escucharé lo que hablará Jehová Dios; Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no se vuelvan a la locura.
їA qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis?
їQué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.