Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
Por la voz de mi gemido Mis huesos se han pegado a mi carne.
Mas yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.