Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen.
No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.
Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte tú.