Tú diste alegría a mi corazón Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en tiempo de hambre.
Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.