Jehová, la habitación de tu casa he amado, Y el lugar de la morada de tu gloria.
El que hace a los vientos sus mensajeros, Y a las flamas de fuego sus ministros.
Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;