Y levantémonos, y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que he andado.
Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, Y la red que él escondió lo prenda; Con quebrantamiento caiga en ella.
Me devuelven mal por bien, Para afligir a mi alma.
Antes en el corazón maquináis iniquidades; Hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra.
De mañana sácianos de tu misericordia, Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.
No pondré delante de mis ojos cosa injusta. Aborrezco la obra de los que se desvían; Ninguno de ellos se acercará a mí.