їY qué más puede añadir David hablando contigo? Pues tú conoces a tu siervo, Señor Jehová.
He conocido tu situación, tu salida y tu entrada, y tu furor contra mí.
Su sentarse y su levantarse mira; yo soy su canción.
Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: їPor qué pensáis mal en vuestros corazones?
Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos,
y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.