Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio.
Hijos de los hombres, їhasta cuándo volveréis mi honra en infamia, Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? Selah
Vendrá nuestro Dios, y no callará; Fuego consumirá delante de él, Y tempestad poderosa le rodeará.