Porque no confiaré en mi arco, Ni mi espada me salvará;
Pasen ellos como el caracol que se deslíe; Como el que nace muerto, no vean el sol.
Para asaetear a escondidas al íntegro; De repente lo asaetean, y no temen.
Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, Como los arroyos del Neguev.
Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
Martillo y cuchillo y saeta aguda Es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio.