Y les mandó diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: Con Labán he morado, y me he detenido hasta ahora;
y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva.
La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.
La ira del rey es mensajero de muerte; Mas el hombre sabio la evitará.
Si el espíritu del príncipe se exaltare contra ti, no dejes tu lugar; porque la mansedumbre hará cesar grandes ofensas.
Come, hijo mío, de la miel, porque es buena, Y el panal es dulce a tu paladar.
Comer mucha miel no es bueno, Ni el buscar la propia gloria es gloria.