Si me alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, Y me regocijé cuando le halló el mal
El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor; Mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.
Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes, Y cuando tropezare, no se alegre tu corazón;
No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no debiste haber mirado su mal en el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes en el día de su calamidad.