Y Moisés escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a los hijos de Israel.
Asimismo ha preparado armas de muerte, Y ha labrado saetas ardientes.
He aquí, el impío concibió maldad, Se preñó de iniquidad, Y dio a luz engaño.
Por tanto, derramó sobre él el ardor de su ira, y fuerza de guerra; le puso fuego por todas partes, pero no entendió; y le consumió, mas no hizo caso.
Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; se encenderán, y no se apagarán.
Todos tus enamorados te olvidaron; no te buscan; porque como hiere un enemigo te herí, con azote de adversario cruel, a causa de la magnitud de tu maldad y de la multitud de tus pecados.
Entesó su arco, y me puso como blanco para la saeta.
Hizo entrar en mis entrañas las saetas de su aljaba.
Y tú, hijo de hombre, el día que yo arrebate a ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, el deleite de sus ojos y el anhelo de sus almas, y también sus hijos y sus hijas,