Los que escaparon de la espada fueron llevados cautivos a Babilonia; y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de los Persas;
Así dijo Jehová: їQué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? їO quiénes son mis acreedores, a quienes yo os he vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre.
Justo eres tú, oh Jehová, para que yo dispute contigo; sin embargo, alegaré mi causa ante ti. їPor qué es prosperado el camino de los impíos, y tienen bien todos los que se portan deslealmente?
Todos tus enamorados te olvidaron; no te buscan; porque como hiere un enemigo te herí, con azote de adversario cruel, a causa de la magnitud de tu maldad y de la multitud de tus pecados.
їPor qué gritas a causa de tu quebrantamiento? Incurable es tu dolor, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto.
Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, Nabuzaradán capitán de la guardia los transportó a Babilonia.
Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo: En el año séptimo, a tres mil veintitrés hombres de Judá.
Jehová ha hecho lo que tenía determinado; Ha cumplido su palabra, la cual él había mandado desde tiempo antiguo. Destruyó, y no perdonó; Y ha hecho que el enemigo se alegre sobre ti, Y enalteció el poder de tus adversarios.
Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro.