Solamente que sangre no comeréis; sobre la tierra la derramaréis como agua.
Y cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra, y lo echarás en medio del Eufrates,
y dirás: Así se hundirá Babilonia, y no se levantará del mal que yo traigo sobre ella; y serán rendidos. Hasta aquí son las palabras de Jeremías.
Te convertiré en espanto, y dejarás de ser; serás buscada, y nunca más serás hallada, dice Jehová el Señor.
Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.