Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.
Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy.
Venid, aclamemos alegremente a Jehová; Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.
Jehová reina; regocíjese la tierra, Alégrense las muchas costas.
Líbrame de mis enemigos, oh Jehová; En ti me refugio.
Aleluya. Cantad a Jehová cántico nuevo; Su alabanza sea en la congregación de los santos.
Cantad a Jehová un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis al mar, y cuanto hay en él, las costas y los moradores de ellas.
y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.
Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente.