Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen;
bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues.
A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
Porque si amáis a los que os aman, їqué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.
Y si hacéis bien a los que os hacen bien, їqué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.
Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, їqué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto.
Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.
Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
No tomarás mujer juntamente con su hermana, para hacerla su rival, descubriendo su desnudez delante de ella en su vida.
No digas: Como me hizo, así le haré; Daré el pago al hombre según su obra.
Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: їAsí respondes al sumo sacerdote?
Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, їpor qué me golpeas?
No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.
No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
Pues їqué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.
no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.