No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo.
A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.
¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!
Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, їquién eres para que juzgues a otro?