Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.
Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, їhaciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,