procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura.
Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle; porque había oído muchas cosas acerca de él, y esperaba verle hacer alguna señal.
Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro.