Le abrieron, pues, paso; y en el camino por donde entran los de a caballo a la casa del rey, allí la mataron.
Ellos pues le echaron mano, y luego que ella hubo pasado la entrada de la puerta de los caballos de la casa del rey, allí la mataron.
Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, será santo a Jehová; no será arrancada ni destruida más para siempre.