Y matarás el becerro delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión.
Y de la sangre del becerro tomarás y pondrás sobre los cuernos del altar con tu dedo, y derramarás toda la demás sangre al pie del altar.
Y el sacerdote pondrá de esa sangre sobre los cuernos del altar del incienso aromático, que está en el tabernáculo de reunión delante de Jehová; y echará el resto de la sangre del becerro al pie del altar del holocausto, que está a la puerta del tabernáculo de reunión.
Y tomarás de su sangre, y pondrás en los cuatro cuernos del altar, y en las cuatro esquinas del descanso, y en el borde alrededor; así lo limpiarás y purificarás.
Por siete días harán expiación por el altar, y lo limpiarán, y así lo consagrarán.
Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.