El hombre, como la hierba son sus días; Florece como la flor del campo,
Dad la sidra al desfallecido, Y el vino a los de amargado ánimo.
Beban, y olvídense de su necesidad, Y de su miseria no se acuerden más.
Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios.