Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová.
Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre.
Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses;