Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: їPor qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.