Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba.
Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, їdónde están los que te acusaban? їNinguno te condenó?
Porque el que en el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es de Cristo.
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;
Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.
El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.