Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel:
Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi “no pueblo mio”, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios.
De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.