Después el rey de Asiria envió contra el rey Ezequías al Tartán, al Rabsaris y al Rabsaces, con un gran ejército, desde Laquis contra Jerusalén, y subieron y vinieron a Jerusalén. Y habiendo subido, vinieron y acamparon junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador.
Llamaron luego al rey, y salió a ellos Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller.
Y les dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequías: Así dice el gran rey de Asiria: їQué confianza es esta en que te apoyas?
Dices (pero son palabras vacías): Consejo tengo y fuerzas para la guerra. Mas їen qué confías, que te has rebelado contra mí?
Después de esto Senaquerib rey de los asirios, mientras sitiaba a Laquis con todas sus fuerzas, envió sus siervos a Jerusalén para decir a Ezequías rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén:
Entonces dijo Jehová a Isaías: Sal ahora al encuentro de Acaz, tú, y Sear-jasub “un remanente volverá” tu hijo, al extremo del acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador,