Y el número de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue de doce mil, todos los de Hai.
Porque Josué no retiró su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruido por completo a todos los moradores de Hai.
Pero los israelitas tomaron para sí las bestias y los despojos de la ciudad, conforme a la palabra de Jehová que le había mandado a Josué.
Y Josué quemó a Hai y la redujo a un montón de escombros, asolada para siempre hasta hoy.
Los hijos de Quiriat-jearim, Cafira y Beerot, setecientos cuarenta y tres.