10
Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; їcómo, pues, viviremos?
Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.
Oh Jehová, Dios de los ejércitos, їQuién como tú? Poderoso eres, Jehová, Y tu fidelidad te rodea.
Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.
para que al faltarles el pan y el agua, se miren unos a otros con espanto, y se consuman en su maldad.
їQué pensáis vosotros, los que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera?
Vuestros turbantes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies; no endecharéis ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros.
Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos.