Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones.
Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello.
Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza.