Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce,
Oh Jehová, їno miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron convertirse.
Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere oír a mí; porque toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de corazón.
Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento;