Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta.
Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello.
Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza.