No tendrás dioses ajenos delante de mí.
El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento.
¡Oh, quién me diese en el desierto un albergue de caminantes, para que dejase a mi pueblo, y de ellos me apartase! Porque todos ellos son adúlteros, congregación de prevaricadores.
Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio tras homicidio se suceden.