No ofrecerás en sacrificio a Jehová tu Dios, buey o cordero en el cual haya falta o alguna cosa mala, pues es abominación a Jehová tu Dios.
Los hijos que nacieren de ellos, en la tercera generación entrarán en la congregación de Jehová.
Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehová.
Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.